El crédito de formación es un derecho que el Estado pone a disposición de las empresas, en virtud del cual puede disponer de ayuda para formar su personal y así aumentar la competitividad de las empresas.
Éste está determinado por las cotizaciones a la Seguridad Social de la plantilla de trabajadores, relativas al año anterior en concepto de cuota de formación profesional.
Independientemente de la aportación, las empresas que cuentan con una plantilla de entre 1 y 5 trabajadores, disponen de 420€ de crédito.
El crédito de formación está disponible para su consumo desde principios a finales de año, y no puede acumularse de un año a otro, es decir que si no se consume, se perderá.
Las empresas que cuentan con más de 5 trabajadores están obligadas a contribuir también a la financiación de los cursos de formación programada que su plantilla realice. Es lo que se denomina cofinanciación privada. Esta aportación que realizan las empresas sufre variaciones en función de la plantilla con la que cuente la empresa.
6-9 trabajadores-5%
10-49 trabajadores-10%
50-249 trabajadores-20%
Más de 250 trabajadores-40%
La formación es una inversión a largo plazo, así como la manera de aportar valor a la empresa, gracias al enriquecimiento intelectual y personal. Aquella empresa que utilice los créditos de formación a su disposición, manifestará su interés por los trabajadores, aportando con ello, no sólo un beneficio personal sino también empresarial pues gracias a los conocimientos que se adquieran podrán enfrentarse retos futuros.
Es el momento de hacer uso de los créditos de Formación Programada, y considerarlos elemento clave del Plan de Recursos Humanos de la Empresa, no desechemos aquello que el Estado pone a disposición de las empresas, gracias a ellos, lograremos la actualización, diversificación y capacitación de los trabajadores, haciéndoles parte de la consecución de los objetivos empresariales.